El dolor cervical es un problema de salud prevalente que puede afectar significativamente la calidad de vida. Aquí presentamos algunas estrategias basadas en la evidencia para el manejo de esta afección.

La adopción de una postura ergonómica es fundamental para minimizar la tensión en la región cervical. Mantener la cabeza en alineación neutra con la columna vertebral y ajustar la altura de la pantalla del ordenador para evitar la flexión o extensión excesiva del cuello puede contribuir a la prevención de la cervicalgia.

La actividad física regular, particularmente ejercicios que fortalecen los músculos cervicales y mejoran la flexibilidad, ha demostrado ser eficaz en el manejo de la cervicalgia. Modalidades como el yoga y el pilates pueden ser particularmente beneficiosas debido a su enfoque en la postura y la flexibilidad.

El descanso adecuado es esencial para la recuperación muscular y la prevención de la tensión cervical. Se recomienda el uso de una almohada que mantenga la alineación neutra del cuello con la columna vertebral y evitar posiciones de sueño que promuevan la flexión o torsión cervical.

Evitar la tensión cervical es crucial. Esto implica abstenerse de levantar objetos pesados y realizar movimientos bruscos que puedan resultar en la hiperextensión o hiperflexión del cuello.

Los descansos regulares durante el trabajo sedentario para realizar estiramientos y movimientos del cuello y los hombros pueden ayudar a prevenir la tensión muscular y la rigidez.

En caso de cervicalgia persistente, se aconseja buscar atención médica para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado.

Es importante recordar que cada individuo es único y las estrategias de manejo pueden variar. Por lo tanto, es esencial escuchar al cuerpo y buscar asesoramiento médico cuando sea necesario.